La BBC de Londres la ha entrevistado, estaciones de Chile y México la han exhibido y hasta se rumora que en Suecia se ganó el premio a single del año, por su "célebre" hit "Un nuevo amanecer". Lo cierto es que, por inesperado que parezca, esta peruana arrasa cuando se le ocurre volcar su creatividad en la música. Sea para alabarla, para criticarla o para intentar descifrarla, cada uno de sus pasos son periódicamente reseñados por la prensa de América y Europa.
Y es que alguien que se lanza a la jungla de la farándula a sus seis décadas de edad y logra que su obra sea reproducida más de 11 millones de veces en dos años, dentro del juvenil mercado digital, constituye al menos un caso digno de comentar.
Además de esto, alguien que se lanza a la jungla de la farándula a sus seis décadas de edad y tiene la suficiente vitalidad para menearse e interpretar, frente a las cámaras, cumbia selvática y huaino mientras una falsa y ajustada piel de felino se adhiere a sus voluptuosidades -"naturales, ¿eh?"-, mientras unos guantes con garras la obligan a gritar "Grrr" y mientras un abultado postizo hace equilibrio sobre su cabeza cuando un trío de manganzones en lycras la levantan sobre sus hombros, es una prueba de que, en el cosmos virtual de hoy, no hay nada imposible.
"Me dicen: 'Tigresita, no te rindas nunca. Al verte sobre un escenario soy feliz porque siento que soy yo la que está ahí", comenta Judith Bustos a Dominical, con respecto a los halagos que le dejan los fans en su blog, en su canal del Broadcast Yourself o cuando se topan con ella en las calles de Lima.
La particular estampa de esta estilista, salida de un humilde barrio de la capital inca, donde aún tiene su centro de estética, y de los camerinos de las principales televisoras del país -"donde pude maquillar a Raphael, a El Puma y llenar ese vacío de lo que yo no podía ejecutar"-, en definitiva, llama la atención y genera fascinación en determinados sectores.
Ni tan tan, ni muy muy
Pero todo lo que ella representa desencadena, en paralelo, odiosos arrebatos, de allí que sus adversarios también se cuenten en cifras de tres ceros y desde insultos, pasando por chocantes video-respuestas, caricaturas animadas y llegando a declaraciones burlonas como: "si eso es éxito, pon a cantar a mi abuelita" (publicado por emiliano041195), se puedan encontrar tanto en los espacios virtuales con su sello, como en conversaciones casuales entre amigos y hasta en episodios de magazines y talk shows.
Sin embargo, salvo cuando un periodista consultó en su programa a un psicólogo que afirmó que ella padecía problemas mentales y se granjeó una amenaza de demanda, la dama ha entendido los ataques en su contra como gajes del oficio: "Cuando un fulano está en la cumbre y hay personas tratando de alcanzarla, el que está arriba se pone envidioso y piensa: '¿por qué tiene que subir?, si esa señora canta mal y ya es mayor'. Igual, creo que nadie es moneda de oro y como se burlan de los presidentes de la República en las parodias de TV, los artistas estamos expuestos a tener seguidores y opositores", declara.
Aunque reconoce que no afina "ni eme", también entiende que su flamante oficio "no le hace daño a nadie", razón por la cual no acaba de comprender por qué los remedos se transforman en escarnio. "Mi propósito es trabajar a mi manera y difundir mensajes bonitos, alegres y pegajosos hasta que me canse. Yo quise demostrar que nunca es tarde para hacer lo que a uno le gusta; si uno se siente bien a nivel físico y mental, ¿por qué frustrarse?".
Ruta al estrellato
Una cosa es desear cumplir un sueño y otra cosa es acecharlo con unas ceñidas mallas decoradas con manchas amarillas y negras, con rabo incluido. No obstante, la fórmula de escoger a un animal típico de su amazónico caserío natal, adueñarse de su nombre y de su pinta y volverse protagonista de su propia historia, le funcionó a Bustos a la perfección.
Tanto, que hasta la han acusado de plagiarse a la diva que encarna. Pese a que el relato ella lo echa en más de una hora, la versión resumida se inicia en 2002 cuando, tras colaborar como extra en una película, la hoy apodada "Reina del YouTube" buscó asociarse con una conocida para hacer un dueto de fieras. Su acceso a los medios de comunicación le facilitó la participación en emisiones de importancia pero, pronto, su pareja se distanció.
Dispuesta a continuar, la autora de "Felina" resolvió grabarse a sí misma y, según refiere, le pidió apoyo a un arreglista e hizo su disco. Tras llevarlo a un puesto del Mercado Central, el dueño del local le sugirió realizar un clip en el zoológico de Pucallpa para ofertarlo, luego, en su tarantín. En 2007, un desconocido lo adquirió, lo cargó en la www y, el resto, imagíneselo usted. "Yo ni tenía Internet y no entendía cómo se habían enterado de mi coplilla; por momentos pensé que se estarían burlando de mí", concluye la compositora de "Anaconda" y "Tránsfuga de amor".
Destacado: "Mi segunda producción ya está lista y me estoy abocando a hacer los videos; el de "La ñañita loca" está terminado y salgo con ocho nuevos bailarines".
Fuente | Últimas Noticias Venezuela
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1 comentario:
MUY BIEN TIGRESA CONTINUA ASI ERES UNICA EN TU GENERO ESO ES MUY IMPORTANTE NO HAGAS CASO A LOS ENVIDIOSOS Y TE ASEGURO QUE VAS ASEGUIR TRIUNFANDO YO SOY MEXICANO Y ME LLEGO A MI CORREO TU VIDEO Y ME GUSTO LA MERA VERDAD MI CORREO ES CAOS_SOYAGUILA@HOTMAIL.COM O
CAOS_SOYAGUILA@YAHOO.COM.MX
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